jueves, 21 de mayo de 2009

mi pagina realizada por Rafa Siquier



mi pagina lozanogaray.com esta realizada por Rafa Siquier su blogger es rafasiquier.blogspot.com


el cuadro es una obra de mi padre Jose Antonio LOZANO



miércoles, 20 de mayo de 2009

Andres Garcia Cerdan poeta Albaceteño

Andres Garcia Cerdan poeta de Albacete de lo mejor del panorama

Ni la ciencia ni la poesía salvan al hombre
Trasoñaciones de la realidad

La brisa que penetraba por la casa
Le traslado la fragancia perfumada
Quizá de una esencia amorosa
Imagino una profusión
De hembras a las que besar
Anhelo otros tiempos consumidos
De bellezas despertadas en la memoria
De húmedos sexos y pequeños senos rosados
Rezumantes de leche olorosa
Su pecho anhelaba lograr besarlos
Ver sus labios y dientes blanquecinos
Oler las jóvenes fragancias de sus bocas
Entre dormido, con los ojos cerrados
Era una noche fresca para el amor
Para jugar en el secreto tablero
De sus cuerpos que bramaban
Como olas con una musicalidad oceánica
De ensoñaciones con reflejos plateados
Contuvo el aliento en caudalosa nostalgia
Que dejo al desnudo bajo el roció
Escozores de lágrimas
Que empezaban a marchitarse
Muchas olas surcan su cuerpo
Refugiado en un páramo
Seducido por sombras
Vaporosas de esperanza
Colmada de locura
Sintió un vértigo nublado
Ante las miradas
Muertas y esclavizadas
De un ayer
En vano intento ofrendas
Para despejar la neblina
Que envolvía su pasado
Otra ola de viento
Movió las silenciosas
Profundidades de su agua
Navego apesadumbrado
Sobre el pálpito de sus olas
Que poco a poco apagan
El fuego de su ser
Las montañas y los troncos de pinos
Agrupados en masas serenas
Le recordaban las figuras
De muchachas algo raras
Acaso la belleza soñada
Desvelada a ratos dormidos
Atrapado con el ungüento del sueño
Jugo con sus cabelleras
Vio cuerpos diferentes
No recordados al despertar gimiente
Serian acaso diferentes
Por pensar en sueños discordantes
No tardo en soñar profundamente
Quiso visitarlas de nuevo
El corazón se le desbocaba
Las palabras se le ahogaban
El sueño tenia sus reglas
Secretas de imposibles desafíos
Perfumes extraños y estrictos
Que se esfumaban al transgredir
El palpitante y confuso despertar
Seria aquello lo sorprendente
El alejamiento de lo cotidiano
El estar en la seguridad
De no despertarse
Se fijo en un perfil
En el que unos labios
Algo carnosos y suaves
Como un panal de miel
Se abren hacia una nariz
Resta y redondeada
Como un bálsamo secreto
Que graciosamente se ensancha
Como un huerto de flores
En unas briosas aletas
De pómulos planos y bien formados
Que florecen como granados
Algo más rosados
Se sintió como un árbol
A punto de soltar su gentil
Fruto Maduro
Todo en ella cubierto
Con la patina tostada del sol
Como un velo de placer
En unos ojos marrones
De largas pestañas
Como dulce miel
De toque indiano azucena
Enmarcados de finas cejas
Negras y aromáticas
Como flores entre abiertas
Orejas bien formadas
A punto de florecer
Al descubierto de un pelo
De sombra seducida
Castaño recogido en coleta
Como un huerto desvanecido
Que cae algo rizado
Algunos mechones sueltos
Sobre la cara de cuello
Armonioso y preparado
Para que el lo besara y sintiera
El palpito de una sangre
Que mueve unos senos
Redondeados y tersos
Y no muy gruesos
De pezones hechos para libar
Sintió el arribar a puerto
De su nave cargada
De frutos maduros
La cintura terminada
En un vergel donde
Apacentar sus rebaños
De glúteos redondos
Entre oleadas de vino
Y algo carnosos sujetan
Unas piernas graciosas
De pequeños pies
Llamados a ser acariciados
Por las flores de su jardín
Que a su paso orean
Y exhalan sus aromas
Otra oleada de viento
Lo llevo a una apesadumbrada
Navegación hacia la huida
Donde seres frenéticos se mueven
Donde las llamas caían del cielo
Personas desconocidas cabalgan
En la noche con el viento
Intento en vano volver
Al jardín ha beber el vino
La leche y coger el bálsamo
Pero el secreto y la fascinación
Del lugar se desvanecían
Intento cogerla con sus brazos
Pero estos eran como de nubes
Callo en sueños salvajes
Que la brisa se llevo
Dormidos en el aire
Se despertó sobresaltado
Todo era silencio y desierto.



martes, 19 de mayo de 2009

Vivir no es necesario navegar si

Vivir no es necesario navegar si

Cuando la mirada se poso al infinito
vi las naves y navegantes luchar con la mar
que los hundía en el seno de sus aguas
unas aguas a las que me volvía con amor
solitario mar que descansa
bajo el dulce cielo
brisas juveniles vuelan a mi alrededor
y despiertan en mis ojos chispas
y desconchones anímicos
mientras rompe la espuma
por la playa acariciada
por la luz de la tarde insegura y ventosa
luz cambiante horadada por nubes
de alquiler de irrisorios precios
luz fantasmal de lento atardecer
lisiado ya por mil combinaciones
las primeras luces que brillan
la fragancia otoñal de las hojas muertas
la noche tendía a poblarse de sirenas
llamando a marinos hundidos en la noche
escoltados por miedos arrebatadores
arribando sedientos
con un paisaje amodorrado
nocturno, de fríos dedos
que tocan aquí y allá en la penumbra desolada
de tiendas que carnosamente consumen
a sus moradores nocturnos
escoltados por ancestrales tragedias
que anidan en los recuerdos de noches frías
al calor de lumbres sedientas y curiosas
recuerdos herrumbrosos anaranjados
de seres encadenados que cantan
sus amores desdichados a la luz vacilante
de velones apestosos de humo negro
que da a sus rostros expresiones angulosas
y lo tiñen todo con la patina oscura
de lo desconocido de salvaje terror
con miedo, dolor y lagrimas
que hacen respirar hondo
de nostalgia y largo dolor
que rotas están las olas
en rocas de desazón
que nos hacían gozar con osado animo
acaso es la decadencia humana
la que nos convierte en sus victimas
donde se fueron los ardientes cantos
de sirenas nocturnas que alegraban
mi joven alma colmada de amor perenne
porque se ausentaron esas cantoras
por que bebo de este oscuro cáliz
de amargo sabor de indecible pena

cuando pararan las incontables lágrimas
que colman el rugiente mar de la trémula tierra
que largos son los tiempos para llegar al dorado futuro
cuando beberé el inagotable licor
en dorado vaso soplado a mano
que me llevara a la nueva patria
lleno de fe de añoranza y confiado
en la celestial doncella que me transportara
al reino del amor lejano y ardiente
mire las estrellas con música decadente
de olas nocturnas y voces humanas
me reclamaban a mi para ser eterno
son esas las luces que me guiaran
en mi barca hacia las orillas
del imperio del deseo gratificado
cuando oiré el salvaje toque de la partida
la eterna noche de sueños aun siendo día
cuando veré la tierra extranjera
abandonare lo antiguo por mi nueva casa
encenderé fogata que arderá con vivas y altas llamas
que los hombres reconocerán en celestial resplandor
y las mujeres recordaran y hablaran de gozo y vida
en sus corazones rotos de amor deseado
para perpetuar la que fue mi inocencia
cuando la nostalgia no apacigüe mi abrasadora sed
envuelto en oscura noche volveré a la patria
y en donde flores debían crecer
veré las tumbas donde descansan hace tiempo
mis amadas sirenas
volveré a sentir mi corazón arto y vació
oiré los interminables y misteriosos
llantos lejanos de mis amadas que también
me añoran y me envían soplos de nostalgia
que rompen en las rocas nuestras ataduras
y nos sumergen en el seno de la noche
contare mis pasos en la arena pálida
mientras espero que mi nave dormida
quede varada en la playa para ser reparada
por sirenas rubicundas de hermosos senos
y ojos dorados por el nuevo sol
descansare entre sus largos pelos
a la espera de nuevas brisas
que me lleven lejos muy lejos

lunes, 18 de mayo de 2009


No consigo satisfacción

De una esposa desearía
lo que en las putas siempre se encuentra:
la expresión del deseo gratificado
William blake


Una tía hipnótica
entona un himno
encima de su incorporeidad

oyó ese canto
que no es escuchado
música de visión
de juegos y copulas

en la autopista camino del sur
en tinieblas sembradas
de ojos desiertos, solos

vio el faro de los burdeles
aquí se venden chicas
lupanares de hembras
vejadas, apaleadas, confusas

a cubierto de la noche
doncellas expoliadas
ejercitan su arte
en quintas del amor
sombrías y ruinosas

se aparto
de su estrella
hacia el paraíso
de la diosa muerta

cruzo un regato
triste y sordo
de aguas errabundas
encauzado por neones
que anunciaban
la catastrófica realidad

en la radio los alaridos
de un adolescente
atormentado por
una frustración
general

no consigo satisfacción,
no consigo satisfacción
cuando conduzco mi coche
cuando viajo por el mundo
e intento hacerme con alguna chica
no consigo satisfacción,
no consigo satisfacción
lo intento, lo intento y lo intento
pero no la consigo, no la consigo.
The Rollinng Stones

va en busca de la mujer
que no encontrara

zorra zorra, si y sabes que eres un dulce polvo
te hice el amor mientras dormías
porque soy un hijo del budú, un hijo del budú.
Jimi Hendrix

En el palacio de la demencia
se sintió enseguida
encadenado en medio
de la soledad de todas
las gentes que desconocía

no encuentra el verbo
que escupa su boca
su cerebro esta inerte
la bebida solo le da sed

es un hijo del vudú
la vida continua su inexorable
arrastre humano
quizás esto sea la muerte
del amor

sus recuerdos con absurdos
juegos y copulas
no esta muerto
nada le impide la copula

se le acercó
como virgen desnuda
con ojos no nacidos

y vio a través de ellos
sus amores derruidos
la vio como si no la viera

niña de veintitantos años
luchando sola
mujer de la vida ya era
al amparo de noches feroces
vivir es una huida

de dos tragos
se metieron
los whisquis
bebían con rabia
sin resignación a morir
en la cuneta
haciéndolo sobre
montones de basura

cuanto costara
el cuerpo elegido
donde esta la etiqueta
del precio de tu cuerpo

cuantos habrán echo
el camino de tus piernas
unos tras otros
entre tus piernas

acaricio su cuerpo
con los ojos
era como un paisaje
arrebatador
de seducción
para la mirada
adorar, acariciar
y besar su belleza

bajo la lluvia
desnudos
hundiéndose
poco a poco
en un sueño
despierto
de mares frenéticos
de delirios tranquilizadores

con que suavidad
lamía su boca
húmeda de la saliva
de su lengua
amazona jugosa
cabalgando enloquecida

entre espasmos
y alaridos bestiales
devorar, morder
gemir o gritar

se encerró dentro
de sus cabellos
en un susurro
sofocante

salio a la calle
no vio a nadie
soñara que existe
que vive una vida
que se le deshace
entre las manos.


en la rambla


En la rambla

Las olas de una desolada playa
de continuas y espumosas aguas
en el llamado mar de Ulises
de colores azules verdosos
pajizos mas o menos oscuros o claros

según la luz que nacía
de un sol celeste
de destellos plateados amarillentos
y asta rosáceos

de rocas cegadas por el paso del tiempo
de tonos verdes y colores desnudos
fríos y oscuros mojados
adheridas a ellas formando colonias
algas verdes, pardas y rojas

era una rambla de derrubios
de mucho tiempo
de aguas subterráneas
que manaban en el mar

un mar de senos enormes
y ladeados por el peso
de unos grandes pezones
sensuales y sensibles
a la mirada

de carnosos tonos
marrones, rojizos
y grisáceos morados

por la luz opalina
de nubes varadas
en las cercanas montañas
bosquejadas en planos
que ascienden
uno en tonalidades
azuladas mojadas
contrastando con el inmaculado
azul celeste

solapado el mas claro
con tintes rosáceos
y verdes decolorados
le continua otro
en una sucesión
acaso verdosa tamizada
por nubes paradas
como acostadas riendo

irrumpen como espíritus
verdes oscuros sombríos,
marrones rosáceos y salmones,
verdes amarillentos y amarillos verdosos

detrás surgía la cima
entre dos cresteríos
contenía todos estos colores
coronado por piedras
de tonos rojizos pulidos
por las caricias
de las ventosas nubes

patria de cernícalos, milanos,
cuervos y otras rapaces
y carróñelas espectrales

que traían el apagado
sonido oloroso
de su fuente
protegida por
madreselvas, azaleas,
espinos y acónitos
de hojas palmeadas
y flores violetas

sombreada
por pinos carrascos
de corteza suave
gris plateada
que llega a ser marrón rojiza
con fisuras profundas

aquí y allí crecen
en su corteza
líquenes de talos foliosos
y amarillos lobulados

coniferas de copa redondeada
de verdes amarillentos,
amarillos verdosos y
pequeñas piñas
brillantes marrones verdosas,

mezclados con otras variedades
como el piñonero
de corteza marrón grisácea
con desconchados
color naranja rojizo
y de copa aparasolada

territorio de ardillas
de cola larga
muy peluda
de dorso rojo pardo
y vientre blanco

que construyen
nidos esféricos
de ramas anudadas
con hierba musgo y pelos

y entre helechos
de hojas ovales
con forma
de media luna,
colas de caballo
de vástagos siempre
verdes y vainas
con bandas negras
ocultan boletos
de sombrero
anaranjado y
niscalos de
color ladrillo

trochas calurosas
y llenas de sudores
que caían
y se transformaban
en piedras

entre las que crecían
sabinas de verdes cobrizos
y troncos retorcidos
de corteza marrón morado
cubiertas por líquenes
ocres verdoso azulado
y amarillo pardo

frondoso refugio de
gatos monteses
de cola gruesa anillada
con la punta negra y
cuerpo pálido
de gris amarillento
a gris oscuro
con rayas negras

algunos quejigos
frondosos descopados
para el carbón
desnudos de su abrigo
de corcho

y sus frutos
alimento de jabalís
de piel oscura grisácea
de cerdas largas,
caninos retorcidos
hacia arriba,
sobresaliendo de la boca
considerablemente
y cabeza grande

con sus piaras
de jabatos pardo
amarillo con rayas
oscuras a lo largo
de los flancos

el cercano monte
todo era mas presencial,
saturado en colores
y formas
vegetación
y rocas mas definidas
refugio de cormoranes
negros de tintes verdosos
nidos de blancas gaviotas
de infantiles chillidos
casi humanos

hacia el fondo de la rambla
cañas y vegetaciones trepadoras
carrascas de hojas verdes grises
y verdes oscuras
y peludas por detrás

mecidos por la brisa
eucaliptos frondosos
de ramas largas
como los sauces,

algarrobos corpulentos
cuajados de vainas
marrones rojizas
sombreando una selva
de matas y flores
de anémonas de tonos
violáceos y tallos verdes,

brezos con florescencias
en racimo,
enebros siempre verdes
de hojas con puntas
espinosas y frutos parecidos
a bayas

y colonias de insectos
que revolotean
entre los frutos
caídos de los algarrobos
alimento de nerviosas
cabras salvajes

en una parte
destaca una colonia
de olivos centenarios
mimados por el tiempo
y las manos
de muchos seres
que han dejado
en sus troncos
y ramas
su presencia
y su legado

contrastaban
o eran enmarcados
por la fina
esbelta presencia
aquí, allá y al fondo
de cipreses longevos

la vista se pierde
se hunde en el seno
de las aguas de un mar
de azulados plateados

moviéndose con lánguida
e infinita monotonía
de movimientos cíclicos
azules que se confunden
en su claridad

en un horizonte
de besugos rosados,
sargos de cola negra,
doradas amarillentas
y lenguados de boca pequeña

azules cambiantes
la sombra de un buque
azul oscuro
el cabo con su faro fenicio
en un incierto degradado
de azules rosáceos
y morados pajizos,

destellos infinitos
cambiantes
de plateados
nuevos y viejos
en un desconocido
fondo

de escualos carnívoros
tintoreras estilizadas,
cazónes de cuerpo gris
y largo hocico
y marrajos gigantes.

La rambla explota
en sonoros colores
amarillos en toda
su gama
incluso quebrados

se armonizan
con gamas arbóreas
de verdes y marrones

con aroma
a Roma y Cartago
construcciones derruidas
en apenas vestigios
cerámicos y piedras
inciertas mitológicas

de seres etéreos
comunicando
sus recuerdos
en idiomas
encristados

decantados
en derrubios
de las tormentas
de la existencia
de aquellos
no conocidos

en estratos
que las tormentas
dejan al descubierto
para la dúctil
labor de arqueólogos
que acarician
con finos pinceles

quitando con cariño
el polvo de los siglos
dejando al descubierto
la presencia
de otras gentes
de otros diversos
tiempos.



EL VUELO


Mi paso despierta el reposo del ave
que emigro a otro sitio desusado
por otras de aquellas

vi como flameaban sus alas
el espasmódico sonido
que emitía su vuelo

los incendiados colores de sus alas
la larga cola proyectada por la luz
de un posible tiempo indefinido

crecen las plantas por doquier a su gusto
sin distinguir quien las ordena
me fije en unas pase las manos por otras
sus olores cayeron en mis manos

pise entre los matorrales
de purpúreas flores
y plantas trepadoras
tiemblan las hojas
la luz abría surcos
entre las ramas caídas
despertando a fieros insectos

me alegra los sentidos
cerré los ojos por momentos
respire hondo
retuve los sonidos
de este paisaje de alta melancolía

me alegre de vivir
recordé que era tarde
mantuve el ritmo

mi presencia era sorprendida
delatada por animales fieros
que se lamían las patas
que miraban y seguían su búsqueda

no se si me pare en unas formas
que aparecían a veces
era una o múltiples

sentí el temblor de unas manos
tocado por algo no conocido
algo no tangible que respiraba opacidad
se reposaba en mis ropas, en mi cara

opaco silencio dime que hacer
dime que puedo saber encendida niebla
porque esta espasmódica risa
cuando cabalgo en tardes oscuras

llego es la primera vez que acabo
a lomos de las bestias
cabalgo tardes oscuras
sendero, riachuelo
puntos diversos

tiempos de traición
arqueado por espasmos
en un cruce incierto de caminos
pasada la ralla
las disculpas queda poco

el bienestar emocional
que produce lo natural
mi pecho se hincha
suelto el aire
con huellas de deseo

colores de fiebre
distracciones en el vació
aunque siga unido
al vuelo, a su recuerdo

la crueldad tiene corazón humano

La crueldad tiene corazón humano

Negros nubarrones hambrientos
se cernían sobre el carro de hierro
que caminaba por los fuegos del infierno
llevando los huesos de los muertos
aplastando a su paso flores mañaneras
que murieron en tarde de humano rostro
las abejas ni se enteraron atareadas
sin tiempo para penas ni lloros
pájaros ateridos miraban sin echar a volar
demasiado alto con sus propias alas
la tierra agostada, perpleja,
sedienta del amor que anhela
caída en el tormento y la locura
los lobos ladran rabiosos a la crueldad
por caminos torcidos, imperfectos
el sol descansa en las montañas
herido y sangrando su corazón
rostros humanos de envidia
lavan en el rió sus manos manchadas
la piedad ni existía para los necesitados
secretos corrían con ropas humanas
los tigres de la ira cabalgan a saltos
sobre aguas estancadas de veneno
la luna se torno escarlata al ver esto
las cosechas maduraron de dolor
y sus frutos por el suelo se pierden
me deje caer junto a un rió de cadáveres
donde el amor dormía atado
escuche los cantos de las campanas
que repican en medio de la noche
con su terrible llamada a la crueldad
en la otra margen afilan guadañas
corazones humanos dormidos
las estrellas huyen despavoridas
todos los demonios del infierno
saludan con alaridos del averno.