miércoles, 20 de mayo de 2009


Ni la ciencia ni la poesía salvan al hombre
Trasoñaciones de la realidad

La brisa que penetraba por la casa
Le traslado la fragancia perfumada
Quizá de una esencia amorosa
Imagino una profusión
De hembras a las que besar
Anhelo otros tiempos consumidos
De bellezas despertadas en la memoria
De húmedos sexos y pequeños senos rosados
Rezumantes de leche olorosa
Su pecho anhelaba lograr besarlos
Ver sus labios y dientes blanquecinos
Oler las jóvenes fragancias de sus bocas
Entre dormido, con los ojos cerrados
Era una noche fresca para el amor
Para jugar en el secreto tablero
De sus cuerpos que bramaban
Como olas con una musicalidad oceánica
De ensoñaciones con reflejos plateados
Contuvo el aliento en caudalosa nostalgia
Que dejo al desnudo bajo el roció
Escozores de lágrimas
Que empezaban a marchitarse
Muchas olas surcan su cuerpo
Refugiado en un páramo
Seducido por sombras
Vaporosas de esperanza
Colmada de locura
Sintió un vértigo nublado
Ante las miradas
Muertas y esclavizadas
De un ayer
En vano intento ofrendas
Para despejar la neblina
Que envolvía su pasado
Otra ola de viento
Movió las silenciosas
Profundidades de su agua
Navego apesadumbrado
Sobre el pálpito de sus olas
Que poco a poco apagan
El fuego de su ser
Las montañas y los troncos de pinos
Agrupados en masas serenas
Le recordaban las figuras
De muchachas algo raras
Acaso la belleza soñada
Desvelada a ratos dormidos
Atrapado con el ungüento del sueño
Jugo con sus cabelleras
Vio cuerpos diferentes
No recordados al despertar gimiente
Serian acaso diferentes
Por pensar en sueños discordantes
No tardo en soñar profundamente
Quiso visitarlas de nuevo
El corazón se le desbocaba
Las palabras se le ahogaban
El sueño tenia sus reglas
Secretas de imposibles desafíos
Perfumes extraños y estrictos
Que se esfumaban al transgredir
El palpitante y confuso despertar
Seria aquello lo sorprendente
El alejamiento de lo cotidiano
El estar en la seguridad
De no despertarse
Se fijo en un perfil
En el que unos labios
Algo carnosos y suaves
Como un panal de miel
Se abren hacia una nariz
Resta y redondeada
Como un bálsamo secreto
Que graciosamente se ensancha
Como un huerto de flores
En unas briosas aletas
De pómulos planos y bien formados
Que florecen como granados
Algo más rosados
Se sintió como un árbol
A punto de soltar su gentil
Fruto Maduro
Todo en ella cubierto
Con la patina tostada del sol
Como un velo de placer
En unos ojos marrones
De largas pestañas
Como dulce miel
De toque indiano azucena
Enmarcados de finas cejas
Negras y aromáticas
Como flores entre abiertas
Orejas bien formadas
A punto de florecer
Al descubierto de un pelo
De sombra seducida
Castaño recogido en coleta
Como un huerto desvanecido
Que cae algo rizado
Algunos mechones sueltos
Sobre la cara de cuello
Armonioso y preparado
Para que el lo besara y sintiera
El palpito de una sangre
Que mueve unos senos
Redondeados y tersos
Y no muy gruesos
De pezones hechos para libar
Sintió el arribar a puerto
De su nave cargada
De frutos maduros
La cintura terminada
En un vergel donde
Apacentar sus rebaños
De glúteos redondos
Entre oleadas de vino
Y algo carnosos sujetan
Unas piernas graciosas
De pequeños pies
Llamados a ser acariciados
Por las flores de su jardín
Que a su paso orean
Y exhalan sus aromas
Otra oleada de viento
Lo llevo a una apesadumbrada
Navegación hacia la huida
Donde seres frenéticos se mueven
Donde las llamas caían del cielo
Personas desconocidas cabalgan
En la noche con el viento
Intento en vano volver
Al jardín ha beber el vino
La leche y coger el bálsamo
Pero el secreto y la fascinación
Del lugar se desvanecían
Intento cogerla con sus brazos
Pero estos eran como de nubes
Callo en sueños salvajes
Que la brisa se llevo
Dormidos en el aire
Se despertó sobresaltado
Todo era silencio y desierto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario